domingo, junio 18, 2006

Un carrete de verdad

Ayer asistì a una comida en casa de una gran amiga. Hace mucho que no compartìamos una mesa juntas y fue muy grato el encuentro alrededor de una mesa muy bien servida y una cena llena de sabores maravillosos. Todo los detalles daban cuenta de el gran cariño que deseaban expresar nuestros anfitriones a quienes estabamos reunidos allí. Pero, lo mejor de la noche fue la conversación franca y sincera que se dió entre quienes nos veiamos por primera vez. El único elemento de vida que llevavamos en común era que todos estabamos separados de quien alguna vez fuimos pareja y construimos una familia. Gratamente pude constatar que hay una necesidad enorme de vincularse desde lo profundo, de crecer como seres humanos y plasmar el aprendizaje que hemos hecho luego de la ruptura matriminial. Todos queremos ser mejores personas, seres más asumidos, más armónicos, más conectados con nuestra esencia más espiritual.
La velada estuvo marcada por mucho humor y la comprensión profunda del otro como un tú valorable en su singularidad. La franqueza en los diálogos se dió de manera espontanea y pudimos, en pocas horas conocernos desde lo profundo, sin caretas ni diálogos banales.
Los separados solemos caer en la tontera de matar la noche con algo fuerte, sin embargo, lo más fuerte que nos puede pasar es conocer a otros, que están en la misma y tiene la profunda necesidad de sentirse queridos y valorados desde el lugar que habitan en su interior.
Gracias a los anfitriones por generar este espacio tan mágico que nos permite hablar desde el corazón y mostrarnos sin caretas, con la sola presencia de quien soy realmente.
Me sentí muy cómoda y con ganas de tener cada vez más espacios lúdicos y de conversaciones profundas en donde nos vinculemos y nos aceptemos de verdad. No juguemos más el juego de que tenemos todo claro y que ya no tenemos nada más que aprender. Estamos en permanente evolución y estos espacios nos ayudan a dar trancos más largos en esta trayectoria.
Me gusta vivir la vida de esta manera y creo que así es como debe ser siempre. Estamos todos ávidos de los vìnculos profundos, de corazón.

1 comentario:

Andrea Brandes dijo...

Que buena comida!!!
Está claro que cada vez hay más personas que quieren partir denuevo. Es una etapa potente, en que, a partir de la adultez se establecen vículos impresionantes.
Las personas que se encuentran en esta etapa, ya han amado, han enterrado a seres queridos, han trabajado, gozado, sufrido, viajado, entregado y recibido a montones. se han equivocado y vuelto a parar, por eso es una etapa maravillosa que necesita ser compartida desde lo profundo.