miércoles, marzo 21, 2007

Homenaje a una mascota


Hay infinitas maneras de lograr el equilibrio personal luego de una crisis. Podemos pasar por todo tipo de especialistas, todo tipo de fármacos, recurrir a la medicina alternativa, etc. Sin embargo, también podemos encontrar nuestra sanación a través de una mascota. En casa tenemos un perro salchicha que nos acompaña hace un año y medio. LLegó recién nacido y lo hemos criado con todo el amor del mundo. Es casi humano, en cuanto a su adaptación. Pero, es mucho más que humano en su entrega de cariño. Nos alegra la vida, es agradecido cuando nos dedicamos a él. Siempre está dichoso de vernos llegar y hace una fiesta en la puerta de la casa cuando algún miembro de la familia aparece.

A veces llego cansada de la calle, con ganas de no hablar con nadie, pero, es irresistible. Es tanta la fiesta y la alegría por mi llegada que me hace cambiar el switch en un segundo. Dejo mis cosas, me inclino en el suelo y me obliga, amorosamente, a dedicarle unos minutos para hacerle cariño.

Me conecta con los afectos y no permite que me quede pegada con los problemas o preocupaciones diarias. Me obliga a parar y decirme a mi misma, "Hey......hay cosas fundamentales en la vida,que no se pueden postergar, el decirle a un ser amado que lo queremos y dedicarle, aunque sea, unos minutos en la vida." "No hay nada tan importante que no te permita dedicarme unos minutos"

Ha sido una gran lección de vida. Me obliga a recuperar mi centro amatorio y poner en su justa dimensión toda la banalidad cotidiana.

Simba ha sido el maestro sanador de esta familia. Hemos aprendido a expresar nuestros afectos, a ser tolerantes con sus travesuras, a sacarlo a pasear aunque estemos cansados. A no postergar sus necesidades más básicas y salir de lo que estamos.

Este perrito es quien nos ha enseñado que la vida está hecha de instantes y que no hay nada más importante que decirnos "te quiero".

1 comentario:

princess olie dijo...

El 24 de febrero, mis hijos y yo adoptamos un gatito. Fue "bautizado" como Agustín, para decirle "Cuchito".
Nos ha ocurrido lo que a ti con tu perrito salchicha...
Cucho hace reír, rabiar, andar de puntillas, saltar de gusto o de dolor con sus zarpazos de futuro cazador, etc., pero ha sido hermoso acogerlo...
Ya es nuestro.

Abrazos,

olie