Somos una tribu de mujeres, que nos apoyamos, reimos y lloramos juntas. Nos consolamos, nos ayudamos en la caída y en la vuelta. Cada vez que nos necesitamos, ahí estamos, cada vez que una está perdida, las otras corren a encontrarla. Somos 8 fijas y algunas que flotan en una segunda ronda alrededor. Cada vez que pasamos un fin de semana juntas, entendemos que nos reconocemos de hace muchos siglos atrás y que por algo, en esta vida nos volvimos a juntar.
Sobre los 40, cuando los hijos ya están jugando su propia historia, las amigas son de un peso extremadamente relevante en la vida de las mujeres. Mi tribu es fantástica, es de apoyo total, es mi marco de referencia y mi contensión emocional. No se pide nada a cambio, sólo ser quienes realmente somos. Mujeres auténticas, confiables, sensibles y con una tremenda capacidad amatoria.
Tener sentido de pertenencia nos permite pararnos en la vida con una seguridad total. Sabernos aceptadas y queridas tal cual somos.
Darnos cuenta que cada vez que dejamos nuestro centro, las otras se encargan de recordarnos quienes somos. Nos podemos mirar a través de su mirada, podemos crecer a través del dolor de otra, podemos mostrar nuestras heridas y dejarnos sanar con la energía grupal.
Nos elegimos porque sabíamos que estábamos hechas de la misma escencia, de la misma madera. Cada vez que nos juntamos, volvemos a reconocer la fuente de donde venimos y honrar la sincronía de habernos encontrado aqui y ahora.
Gracias amigas por ayudarme en el camino de vuelta a casa, de vuelta al corazón, de recordar quien soy.
Mi tribu es lo máximo, somos top.
En este blog quiero ir compartiendo mi desarrollo personal, vivencias, aprendizajes, encuentros, dolores, alegrías, la vida.
martes, mayo 29, 2007
sábado, mayo 05, 2007
Las ruedas de la vida
Hay veces que la vida se nos torna tan amistosa, tan dócil, que dan ganas de abrazarla y disfrutarla segundo a segundo. En que los minutos se nos hacen segundos y no encontramos la manera de estirarlos para perpetuar el goce que inunda nuestro corazón. En la armonía, la sensación del tiempo se nos acelera. Las horas pasan muy rápido y no nos permite disfrutar de todo lo que quisiéramos para grabar esos instantes en el alma.
De la otra mano, viene el lado hostil, esos momentos tristes, dolorosos, eternos, que se tornan infinitos y se alargan como chicle, como si nunca fuesen a terminar. Episodios en que desearíamos parar la micro y bajarnos por un rato.
Estando en cualquiera de estos polos, suele suceder que se nos presenta más de lo mismo. Es decir, si estoy de amiga con la vida, llevo una energía tan óptima que tiendo a perpetuar ese estado moviendo más de la misma energía positiva.
Cuando estoy "bailando con la fea", me suelen suceder más episodios de la misma especie gris en la cual estoy metida.
Estos polos me los imagino como grandes ruedas, en movimiento, en que giramos en una y en otra, en distintos momentos de nuestra existencia. Claramente, tendemos a impulsar más el movimiento o detenerlo, dependiendo de cuanta energía imprimamos dentro de la gran rueda.
En estos tiempos estoy tomando café con la vida!!!!
Hay una canción de Serrat que nos habla de como se nos presenta la vida en estos dos instantes y quiero compartirla con ustedes:
De vez en cuando la vida
De vez en cuando la vida
nos besa en la boca
y a colores se despliega
como un atlas,
nos pasea por las calles
en volandas
y nos sentimos en buenas manos;
se hace de nuestra medida,
toma nuestro paso
y saca un conejo de la vieja chistera
y uno es feliz como un niño
cuando sale de la escuela.
De vez en cuando la vida
toma conmigo café
y está tan bonita
que da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
a salir con ella a escena.
De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
para no romper el hechizo.
De vez en cuando la vida
afina con el pincel;
se nos eriza la piel
y faltan palabras
para nombrar lo que ofrece
a los que saben usarla.
De vez en cuando la vida
nos gasta una broma
y nos despertamos sin saber que pasa,
chupando un palo sentados
sobre una calabaza.
Tener conciencia del aqui y ahora nos permitirá disfrutarla tal y como se presenta. No le demos la pelea, simplemente expongámonos al fenómeno de la vivencia misma con nuestro corazón abierto y la flexibilidad del bambú para saltar de una rueda a la otra cuando la sincronía devina se manifieste.
De la otra mano, viene el lado hostil, esos momentos tristes, dolorosos, eternos, que se tornan infinitos y se alargan como chicle, como si nunca fuesen a terminar. Episodios en que desearíamos parar la micro y bajarnos por un rato.
Estando en cualquiera de estos polos, suele suceder que se nos presenta más de lo mismo. Es decir, si estoy de amiga con la vida, llevo una energía tan óptima que tiendo a perpetuar ese estado moviendo más de la misma energía positiva.
Cuando estoy "bailando con la fea", me suelen suceder más episodios de la misma especie gris en la cual estoy metida.
Estos polos me los imagino como grandes ruedas, en movimiento, en que giramos en una y en otra, en distintos momentos de nuestra existencia. Claramente, tendemos a impulsar más el movimiento o detenerlo, dependiendo de cuanta energía imprimamos dentro de la gran rueda.
En estos tiempos estoy tomando café con la vida!!!!
Hay una canción de Serrat que nos habla de como se nos presenta la vida en estos dos instantes y quiero compartirla con ustedes:
De vez en cuando la vida
De vez en cuando la vida
nos besa en la boca
y a colores se despliega
como un atlas,
nos pasea por las calles
en volandas
y nos sentimos en buenas manos;
se hace de nuestra medida,
toma nuestro paso
y saca un conejo de la vieja chistera
y uno es feliz como un niño
cuando sale de la escuela.
De vez en cuando la vida
toma conmigo café
y está tan bonita
que da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
a salir con ella a escena.
De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
para no romper el hechizo.
De vez en cuando la vida
afina con el pincel;
se nos eriza la piel
y faltan palabras
para nombrar lo que ofrece
a los que saben usarla.
De vez en cuando la vida
nos gasta una broma
y nos despertamos sin saber que pasa,
chupando un palo sentados
sobre una calabaza.
Tener conciencia del aqui y ahora nos permitirá disfrutarla tal y como se presenta. No le demos la pelea, simplemente expongámonos al fenómeno de la vivencia misma con nuestro corazón abierto y la flexibilidad del bambú para saltar de una rueda a la otra cuando la sincronía devina se manifieste.
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