Vivir en plenitud, es vivir conectado con la inmensidad del ser, es gozar desde lo profundo lo que la vida nos da. Es aceptar el presente tal cual nos llega y no pelear con este. Es gozar el momento y entusiasmarnos con nuestras labores diarias. Si nos toca vivir situaciones que no nos resultan placenteras, la mejor manera de adentrarnos en el sufrimiento es oponernos a ellas "¿ Porqué a mí?". Si nos rebelamos ante los hechos lograremos caer en un profundo sufrimiento y autocompasión. Si aceptamos el dolor y no luchamos contra él, este no logrará pasar a sufrimiento. Del dolor saldremos fortalecidos y mucho más concientes de nuestro ser. Pasada la crisis, hasta la bendeciremos ya que no seríamos ni la mitad de lo que somos hoy si no hubiésemos pasado por ese trance.
Vivir el hoy es adentrarnos en el minuto presente, estirándolo como un chicle y gozando hasta de las labores más triviales. Aprovechar los minutos de traslado en nuestro auto para gozar una buena música, para mirar el paisaje y la infinidad de detalles de los cuales habitualmente no somos concientes.
La abundancia no es una situación, es una actitud ante la vida. Esto es tan así, que de lo contrario, la gente sin recursos económicos no sabrían de felicidad y los que tienen mucho dinero, estarían siempre felices. Esto está muy lejos de la realidad que nos rodea. Habitualmente vemos gente malhumorada manejando un auto de muchos millones de pesos y nos bendice alguien que nos pide dinero en la calle.
Si nos damos cuenta que las situaciones son y que lo que cambia es el lugar desde donde las vivimos, o sea nuestro mapa mental, tenemos en nuestras manos la posibilidad de vivirlas desde el gozo y abundancia.
Si elegimos andar de víctimas por la vida, esta se encargará de darnos situaciones en donde volvamos a reforzar ese rol.
La vida nos da desde donde le pedimos. Si nos sentimos en abundancia, nos dará más de aquello. Si nos sentimos en necesidad, nos dará más carencias.
Seamos concientes de donde estamos mirando la vida y desde donde estamos pidiendo ya que nos llegará más de lo mismo que generamos en nuestro interior. "Como es adentro es afuera" es una de las leyes del universo. No nos quejemos después de lo que recibimos.
El entusiasmo trae más entusiasmo, y el gozo trae más gozo.
Agradece por lo que tienes, bendice los regalos y estos se te duplicarán.
La vida es una pintura en que el pincel de los colores los pones tú.