En el último tiempo, me ha resultado muy interesante jugar con los lentes. Cómo es esto?..... Bueno, se trata que frente a una situación hago el ejercicio de ponerme en el espacio micro o macro. Frente a un problema, me pongo tras el microscopio y puedo ver cada detalle del problema, cada palabra, cada gesto, en su más acabada expresión. Me sumerjo en aquello y recibo toda la imediatez del conflicto. Me revuelco en la intensidad emocional contenida en él. Creo que esta siempre es mi primera reacción. pierdo el norte, me lleno de angustia y ansiedad y vivo toda la situación en detalle, como si no existiera nada más que aquello en mi vida. Luego, tomo distancia, y comienzo a retirar el foco, alejo la imágen y comienzan a aparecer los contornos. Aquellas cosas laterales que acompañan la situación. Alejo aún más la imágen y aparece el contexto de vida. Aparece aquella parte de la vida que no está directamente relacionada con el problema, aparece el macro.
Con esto, el problema comienza a achicarse, pierde su significado inicial y adquiere dimensiones más agarrables, mas sustentables. Finalmente, alejo tanto el foco, que en el contexto general de mi vida, pasa a tener una relevancia mínima y es allí donde puedo buscar las soluciones, que generalmente están en un lugar de mi interno, muy lejos del problema en sí.
Con el foco grande, detecto el problema, pero al alejar la mirada, lo llevo al contexto real de mi vida completa, me puedo desapegar, baja el correlato emocional, y aparece la solución.
Jugar con los lentes de aumento y disminución de la visión me permite moverme con soltura frente a la vida. No quedar atrapada en microscopio. Tener conciencia que hay una mirada más amplia que me permite encontrar espacios de resolución ajenos a la visión de detalle.
Me parece que el tema está en no catalogar si el lente es bueno o malo. Ojalá tener la mayor cantidad de lentes disponibles sobre el escritorio para así jugar un poco con cada uno de ellos.
Me parece que la vida hay que mirarla bajo diferentes ópticas y tener conciencia que siempre llevamos gafas puestas pero que podemos cambiar de lente cuando tenemos conciencia que los llevamos puestos.
El problema radica cuando creemos que somos dueños de la verdad y que esta es única.
Juguemos con los lentes, agrandemos y achiquemos la visión frente a un espectro de vida y así podremos descubrir la infinidad de matices que esta tiene y el respeto que le debemos a quienes usan lentes diferentes a los nuestros.
Hay veces en que un tercero nos lleva a tomar conciencia de nuestra óptica y así podemos variar el comportamiento frente a una situación. Sin embargo, ese otro es escuchado, siempre y cuando, imprima una cuota de amor y mucha sabiduría para saber mostrar el otro foco, sin herir, sin descalificar. Si lo hace de manera inadecuada, lo único que logra es que aparezca todo el mecanismo defensivo que convierte el lente en mirada perpetua. El "como" es tanto o mas importante que el "que" para que el mensaje sea efectivo y crecedor.