miércoles, mayo 24, 2006

Adiós a un compañero de vida

Quiero despedirme de un gran amigo, de quien me acompañó durante muchos años. Siempre estuviste presente en los momentos difíciles de mi vida. Me ayudaste a atontarme y no enfrentar la realidad. Me protegiste cuando tenía que enfrentar público y sentía verguenza. Me hiciste sentir acompañada en momentos de soledad y , por último, fuiste un buen compañero de carrete. Hace días que ya no te veo, que ya no te siento, que ya no te huelo. Te echo de menos, pero cada vez menos. Ya quiero sanarme de esta adicción que tenía contigo. Terminé sin poder vivir sin tí. Para todo te necesitaba y me convertiste en tu esclava. Yo creí que tu me servías y que yo podía controlarte, pero, me equivoqué. Fuiste tú quien me terminó controlando y no dejándome vivir en libertad. Hoy quiero despedirme formalmente de tí, decirte adiós para siempre y decirte que ya no te necesito, que ya aprendí a vivir sin tí y que me la puedo lo mas bien. Además que encontré una calidad de vida bastante más sana sin tu presencia. Ahora disfruto del deporte, del aire libre, de salir a trotar con mi perrito, de los olores de la comida.
Antes que tu me liquidaras, decidí sacarte de mi vida y poder tener más años para disfrutar de mi entorno.
Adiós querido amigo y espero que sea hasta nunca. Adiós my dear Barclay.

lunes, mayo 08, 2006

SER PADRES HOY

Quiero compartir estas buenas reflexiones sobre nuestra conducta como padres en la actualidad.
"Somos las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los errores de nuestros progenitores. Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, somos los padres mas dedicados y comprensivos pero a la vez, los más débiles e inseguros que ha dado la historia. Lo grave es que estamos lidiando con unos niños más "igualados", beligerantes y poderosos que nunca. Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro.Así, somos la última generación de hijos que obedecieron a sus padres y la primera generación de padres que obedecen a sus hijos. Los últimos que le tuvimos miedo a los padres y los primeros que les tememos a los hijos. Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos.Lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos nos falten al respeto.
En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal. En efecto, antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto. Y buenos a los niños que, eran formales y veneraban a sus padres. Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros niños se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten.Y son los hijos quienes ahora esperan respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias y su forma de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin. Como quien dice, los roles se invirtieron y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos y no a la inversa, como en el pasado.Esto explica el esfuerzo que hacen hoy tantos papás y mamás por ser los mejores amigos y parecerles "a todo dar" a sus hijos. Se ha dicho que los extremos se tocan. Y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos. Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van. Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga. Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante liderándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntad.Es así como evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en el que se está hundiendo una sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros ni destino. "


"Los límites ubican al individuo." ÁNGELA MARULANDA colombiana, es madre, autora, educadora familiar, socióloga.

sábado, mayo 06, 2006

INAUGURACIÓN

Ayer inauguré mi nuevo hogar, este espacio se llenó de energía, de amor y de paz. Quiero agradecer a todos quienes me acompañaron en ese momento y a lo largo de este recorrido de vida, doloroso por cierto, pero muy crecedor en lo espiritual. Hoy me encuentro habitando un nuevo lugar, un espacio lleno de luz, de vida y de alegría. Es mi nueva casa, un depto en el que puse todos mis ahorros de muchos años. ¿Saben porque?.... Mi padre me dijo que no sacaba nada con tener dinero en el banco si mi calidad de vida no me iba a dejar llegar a vieja. Que sabias palabras. El momento es ahora, la vida se nos va de una plumada y estamos guardando dinero para un tiempo que no es el presente. Si no vivimos el ahora en plenitud, que sacamos con guardar para un futuro que ni siquiera sabemos existe.
Me propongo vivir mi vida intensamente y cuidar mis espacios personales. Me inclino por sentir la vida en toda su magnitud y de esa manera el universo se encargará de darme un futuro promisorio.
Estaba viviendo en una casa en donde se me dijo que no era mía, en donde me sentía usurpando un espacio ajeno. Creí siempre que era un bien familiar, yo puse todo mi ser para que ese hogar fuese lo màs acogedor posible, la terraza la teché para hacer vida familiar con toda nuestra familia de origen, para que mis hijos celebraran sus cumpleaños, para hacer ricos asados. Sin embargo, me tildaron de fresca por habitar ese lugar. Como no quiero pelear, ya que me hace daño, decidí irme y crear un nuevo espacio en donde poder vivir en paz, no tener que vivir hipotecada por tener un techo.
Al generar un nuevo lugar, que nació de la incomodidad, me doy cuenta que nada es en vano, que la agresión de otros te hace ser màs grande y sacar lo mejor de ti para construir un nuevo futuro desde ese lugar. Quiero dar gracias a la vida por todas las experiencias que he vivido. Soy mejor persona y más sabia al comprobar que detrás de cada crisis hay una nueva oportunidad de evolución.
Gracias a la vida que me ha dado tanto............hoy estoy parada en mis propios pies y quiero seguir con la frente en alto, con una sonrisa en los labios y con un respirar conciente y profundo que me conecta con la marmita interior que descubrí hace algún tiempo.
Gracias a mis amigos que quiero tanto, a mi familia, a mis hijos, a mi nana Sonia y especialmente a Dios que habita mi corazón y que siento presente en cada palpitar de mi existencia.